¿Porque la Argentina va por el camino del fracaso y Alemania por el éxito?

Los desequilibrios por controversias continuadas, el fraticidio, la oposición per se, el odio de clases, la revancha como forma de actuar, etc. son los signos inequívocos de los males sociales. Aspectos que sirven para alimentar el odio y la separación de la unidad sensata y necesaria de las sociedades inteligentes.

En la Argentina hace años y no solo en el período denominado de la democracia. Se destruyo el proceso electoral político partidario.

El funcionamiento y desarrollo de los partidos es la base de la organización política de una nación. Sin partidos políticos y su normal funcionamiento desde su célula no hay democracia política. No hay afiliados, no hay plataforma, no hay actividad de base, no hay sentimiento partidario genuino , no hay honor partidario, etc, etc.

Solo se generan en nuestro país los seguidores tipo futboleros y de la pasión sin la creación y acción sana de los partidos políticos.

Los partidos políticos constituyen la formación del hombre integral y solidario para el cumplimiento de los deberes que requieren el ascenso a la administración del Estado.

Lo peor, es que en Argentinos nos acostumbramos a la formación de Frentes con nombres similares y sentido antagónico como forma de convivir.

La lucha de unos contra otros.

Ni siquiera como me enseñaron el el colegio primario, donde la competencia tenía el fin de generar más conocimientos en pos de ganar el campeonato de historia, geografía,etc.

La formación de frentes de las mayorías de uno contra los otros crean la imagen de la formación de la oposición per se.

De las mayorías, que se engalana en la pelea tipo Boca-River.

Lo peor es que cada vez más destruimos el sistema político y su forma de funcionar.

El funcionamiento de cualquier órgano requiere la eficiencia sistémica, el uso de la economía de proceso, la definición de objetivos plausibles y el alcance de las metas por medio del orden y el razonamiento. De una acción programada con vistas al futro.

En la argentina nos inclinamos a la designación de los presidentes por medio de la dedocracia.

Donde, independiente de su actitud política o su calidad personal de los elegidos estos fueron los más sumisos o después se tornaron en los más críticos.

Luego, de enfrentamientos de incontinencias verbales y todo tipo de epítetos los opuestos se unen en forma de salvaguardia de algún mal mayor. En sus propios partidos o con otros partidos.

La confusión de estos hechos sorprende a todos.

Este proceso se producen en los antagonismos tanto de uno como del otro frente. Ya sea en sus luchas internas o con el accionar con el otro frente.

Las luchas palaciegas son de mayor cuantía y vilipendio en cuanto se sobrealimenta más los infundios, el odio, la oposición basada en el resentimiento.

No me trato más con Mauricio dice la ex diputada.

Pero, siempre surgen los que atemperan estas actitudes con palabras para evitar el parricidio político del ex presidente.

¿Me placería conocer de antemano cual va a ser el juicio y la forma de proceder la clase política de EE.UU frente a la actitud vándalica de los seguidores de D. Trump?. Conociendo a muchos estadounidonses y compartiendo sus ideas en el trabajo y sus formas de pensar me animaría a pensar que va a ser juzgado por un delito de traición y sublevación.

El ataque al gobierno y las instituciones de EE.UU fue grave. El mundo vio dos aspectos: El despliegue de tropas en la Casa Blanca y un acto de transmisión del mando que no guarda el protocolo de décadas.

El santo campo de la democracia norteamericana fue mancillado por un neófito de la política. Todo tiene su precio. Hay que pagarlo.

Los términos de la política no debe ser hechos personales, sino aclaraciones o difusión de ideas sobre acciones o pensamientos. Lo que llamamos acciones políticas y no las críticas a las personas.

Es que el maligno Serapio Contreras gano la política en la Argentina de hoy y desde hace rato.

Todo, es oscuro, o negro y blanco. No hay los grises de los acuerdos. El enfrentamiento nacional, es la moneda corriente. Bien vilipendiada y manoseada aún más por la inflación y la recesión.

Es el deporte nacional del que se valen las noticias abundantes y prolíficas como los comentarios de las viejas de los barrios de antaño.

Los tibios no son valiosos.

La política paso al arte del enfrentamiento violento.

El dicho que renuncien todos del pasado o del que renuncien los que no se animan hoy.

Todo, se alimenta con el odio, mediante el enfrentamiento para forzar la acción legislativa o pretendiendo marcar sus pasos con piedras o cantos durante noches para inclinar el voto de los legisladores. Independientemente de la razonabilidad de las ideas todo tiene sus formas. Además, el propio instituto de la sanción de la leyes, requiere el debate sensato, equilibrado, desapasionado y con razones.

Estos no son procedimientos constitucionales, ni sanos. Sino, formas de presionar hacia los legisladores.

Nunca visto.

O tirando basura en las escalinatas del Palacio de Justicia.

Si mi abuelo resucitara, diría que tenemos vándalos no ciudadanos.

Independientemente de la razón del ejercicio de los hechos.

Lo que estoy mencionando son los medios y las formas con los que se actúa.

Parece que no son suficientes los procesos democráticos de nuestra Constitución.

¿Acaso son mejores los medios utilizados por el nacional socialismo de las velas y las marchas por la ciudades?

Que los procesos electorales, las leyes sancionadas, los acuerdos, etc. Los cuales sirven para la convivencia democrática.

Aunque, fueron diseñados para actuar en una sociedad organizada.

Todo, debe cambiar en los tiempos de hoy para lograr los fines subjetivos, inclusive hasta pretendiendo cambiar los tipos de mayorías constitucionales. Que son los frenos para la toma de decisiones imprevistas y no sedimentadas en la razón y la paciencia.

Siempre hay una justificación del cambio de todo, del apuro, no damos más, se acabo el tiempo. Son las justificaciones del hoy.

Todo, tiene un final en el periodo de la vida política.

Los rabiosos e incontinentes del ayer están todos en el cementerio.

Argentina vive en medio de la dedocracia de la elección de los presidentes y cargos más importantes.

En cambio en Alemania los candidatos surgen de las elecciones internas partidarias.

El ascenso al poder viene por pasos.

No por el dedito de nadie.

El candidato Laschet del partido de la democracia surgió de 521 votos partidarios frente a 466 en contra en su partido.

El candidato de la democracia cristiana logro su puesto luego de haber diseñado un proyecto político propio. De haber transitado por la política y siendo funcionario regular

En acuerdo a los convenios y equilibrios sentados previamente por Angela Merkel, que hoy nuevamente se proyecta.

Luego, de su ardua tarea partidaria vienen las acciones para consolidar y agrupar ideas comunes entre los diversos partidos políticos.

Alemania sigue siendo la locomotora de la UE., con este método.

Argentina cada vez más se hunde en la pobreza y el reparto de lo imaginario cada vez menor.

Cuidado que ARGENTINA esta repartiendo la Justicia social negativa. O sea el reparto cada día de menos y decreciente. Esto se aprecia en el Producto bruto per cápita cada día en menos.

O sea que la definición del dedo de última y única instancia no es la conducta de la democracia alemana.

Ellos, aprendieron bien de los desastres que genero un señor que llevo a la guerra y la dictadura su país. Que los llevo a la descomposición física, social y mental. Al holocausto.

La formación de acuerdos y coaliciones de gobierno son las que permiten la sustentabilidad de un gobierno que accede al poder. O como lo hacen en Italia, que se aprueba en el parlamento el gabinete propuesto. Sino vuelta de hoja y volver a otra proposición. Donde, se analizan que se tengan fichas limpias o de capacitación, con sus errores humanos.

No como en nuestro país que luego de las elecciones se alimenta el odio de los vencidos que siguen confrontando en el juego de la pelea infinita.

La lucha unitaria de dos frentes irreconciliables desde el parlamento que se proyecta a todo el país es el modelo actual.

El que pierde es el ciudadano de a pie, las empresas, los jubilados y todos en general.

La caída de la producción, el poder adquisitivo de los salarios, las ganancias empresarias, etc. son el resultado palmario de la curva decreciente que afecta a todos. Mediante las conductas de la oposición permanente y sin acuerdos políticos.

Con las conductas de la pelea continua no logramos aquilatar la sabiduría política. Dado, que solo pensamos en la forma de vencer al otro en la pelea dialéctica y sin sentido práctico.

Estos son los males que debemos corregir en nuestro sistema.

No lo piensa usted así.

Mis puntos de vista son sistémicos no partidarios.

Sus comentarios son bien venidos en beneficio de todos.

Sino, cambiamos de actitud entre todos no hay destino.

El presente trabajo que les brindo no tienen fines políticos sino son razonamientos que surgen del estudio de la realidad y la apreciación de los efectos diferentes que generan un tipo de actitud y sistémica diferentes.

Una pregunta interesante como broche de final es.

¿El fracaso en la Argentina es de los sistemas, los hombre o los dos?

Si alguien, puede dilucidar esta pregunta es probable que podamos encontrar algún camino.

Gracias por su atención.

Néstor Jorge Bugallo.

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