
No es hora de iniciar la guerrilla sistemática entre los representantes de los poderes del Estado.
Lamentablemente, hemos ingresado en la prácticas del desorden y la compulsividad acelerada de la sociedad.
El ataque continuo y sistemático entre todos en la vía pública y por los medios informales y populistas. Destrozan el orden, el funcionamiento y la equidad en los poderes.
Estamos presenciando la costumbre de que el no trabajo y la falta de educación nos lleve a presionar y articular desordenes frente a la plaza del Congreso. U otros lugares rompiendo el orden, la circulación y ensuciando la vía pública.
Como si esta acción fuera normal de países civilizados.
Como, si la política se perfeccionará mediante la medición de las fuerzas en expresiones callejeras.
Donde, al compás de la música del carnaval, los gritos, los enfrentamientos detrás de rejas separatistas y la vocinglera sonoridad vivimos como en fiesta popular.
Los desmanes llegan rápido y llueven las piedras contra el recinto de la plaza del Congreso que intenta llegar más lejos.
Lo peor con actitud de tirar piedras con hondas como si fueran salvajes.

La falta de respeto y consideración con los representantes del orden es un hecho de vergüenza.
Es como si estuvieran arengando y patoteando en el cancha de fútbol. Donde, todo es permitiendo lamentablemente.
Pese a los miles de policías que se contratan en cada partido de futbol. Lo cual, tiene costo.
Costo que todos pagamos en las entradas de la cancha o con los impuestos.
Tanto, que hasta llegamos a actos que no son controlados ni por cuatro fuerzas del orden que actúan conjuntamente. En el caso del citado velatorio Maradoniano de la Casa Rosada.
Este es el clima que mostramos al mundo en las reuniones y sesiones del poder legislativo.
Debo decir que me asombra la falta de respeto institucional de altas investiduras del gobierno que atacan a sus pares.

Con la práctica de la cibernética de los mensajes popularizados de los tuits populares.
Ni la sugerencia de prácticas populistas para designar por voto popular a los señores jueces de la nación.
Mediante sueños rousseau-nianos de la revolución popular del 1789.
Quienes son los nuevos románticos pos modernos de la Argentina.
Que pretende politizar las designaciones de los miembros del poder judicial como expresión de las practicas de los soviets en manos del pueblo.
En su lugar se debe propender a que se controle el buen funcionamiento de los juzgados, que no se permita el atraso de las causas.
Que la Corte no debe dar plazos de gracias para jueces que llegan a retrasos en la sustanciación del debido proceso.
Como el caso de causas que a veces llegan a demoras de años.
Que exista un proceso de información pública del estado de los expedientes, su inicio, su estado actual.
¿Que alguien controle mediante los funcionarios existentes el desempeño de las actividades judiciales en el cumplimiento de los plazos?
Como, cualquier actividad controla el buen funcionamiento de sus gerentes, funcionarios, etc. en el desempeño de sus funciones.
¿Con que derecho ningún funcionario público puede hacer una informal y explosiva declaración al viento en la consideración del comportamiento de los otros funcionarios de otro poderes máximos del Estado?

Menos de acusaciones personales del pasado, ni del presente.
La Argentina y sus ciudadanos esta pasando uno de los peores momentos de la su historia. El pueblo, los jubilados, los obrero, empleados, etc. estamos soportando estoicamente una pandemía ligado a una de las mayores crisis de la historia Argentina.
Entiendo que no es momento de proferir ofensas gratuitas y enviadas al viento por medio de la polución electrónica y pública.
Quien, tenga ofensas que las manifieste por las vías formales que corresponden.
Favor a nuestros representantes, funcionarios y a todos que es de esperar que no sigamos apretando el gatillo de la adversidad, de la ofuscación, de la defensa de intereses personales.
Es necesario acallar las pasiones y encontrar los medios para una nueva realización colectiva. Entre todos en serio.
Argentina, necesita separar la paja del trigo para bien de todos.
Pensemos seriamente nuestras conductas, comportamiento y busquemos los medios de no excitarnos más ni mutuamente.
El único juzgador de la historia pasivo es el que vota quien debe soportar los errores de los gobiernos.
El único poder para el juzgamiento en los casos de litis en la constitución argentino esta en las manos de la Justicia formal.
Ya hemos sufrido bastante con las actitudes de rebeliones, alzamientos al poder, la desorganización y la falta de cultura ciudadana promovida por algunos irresponsables.
Me parece que deberíamos decir BASTA.
Basta de la ofensa y la pelea gratuita o en pretensión de posiciones personales.
Los argentinos necesitamos en especial en este momento el orden y la eficacia en el funcionamiento de nuestro gobierno en el todo.
Néstor Jorge Bugallo
10-12-2020